Thursday, August 23, 2012

Traigan flores...



Naufrago lentamente en el mar que me invento.
Y  no hay círculos para cerrar el tiempo.
Las voces me susurran al oído
diabólicas,
fatales.

Como  un silencio sin memoria.
Un modo de morir en el olvido.

Soy ya de arena,
de gesto,
de ausencia.

Me abrazo a mi condena,
como humo al viento.

Fue de sangre mi amor.
Mi odio de hierba.

Me conservo siempre anónimo,
escondido,
y ya nadie lo sospecha.

Porque no encuentro una voz
para propagar la mía.

Soy ya entierro,
luz sin nombre,
espíritu en sequía.

Soledad de dios y de los hombres,

con que se miden los días.

Nací solo.
Bautizado por la sombra.

Vivo solo.
Maldiciendo.

Regresa ya la noche.
Puntual,
blasfema,

Hablo solo.
Escucho mentiras.
Evito el silencio.

Traigan flores.

Ahora que no estoy ni muerto,
ni en vida.


Daniel Castro A.
Venecia, Italia.
23-08-2012